Ser familiar de un enfermo renal
Como médico también me toca ver a los familiares que acompañan a sus pacientes, que están detrás de una enfermedad que a veces mortal, a veces no, pero desgastante siempre. Hoy les quiero recordar a los familiares que aunque estén cansados y hartos y hasta enojados a veces, el paciente que pide ayuda no lo hace con dolo, no hay maldad detrás de eso, es porque de verdad no pueden. Hay muchas cosas que las personas enfermas quisieran poder hacer solos y que si estuviera en ellos, no pedirían nada.
Lo que quiero decir con esto es “No pierdan la fe”, no desfallezcan todavía, que no les gane una enfermedad que ataca a los que quieren. No es fácil, también es importante el autocuidado, también el que acompaña necesita dormir, comer bien, hacer ejercicio, tener momentos de esparcimiento y que no olviden que la vida es muy bonita, aunque a veces duela. No están solos en esto, porque parte de mi labor también será siempre acompañarlos a ustedes.
Que no se nos acaben la vida, ni las ganas de ayudar.